Visita a un eremitorio rupestre

imgEsta mañana, en la palentina villa de Cervera de Pisuerga, me aparté un poco de mi ruta mientras realizaba un reportaje fotográfico para visitar un lugar que tenía en mente desde hace años. Al sur del pueblo, en un apartado y tranquilo remanso, se encuentra una gran roca excavada por mano humana de singular aspecto. Se trata del eremitorio de San Vicente que entre el murmullo del cercano río Pisuerga lleva siglos viendo pasar el tiempo. Quiero compartir hoy con los lectores de TecOb algunas imágenes que he tomado del lugar, tanto del propio eremitorio como de las tumbas antropomorfas, también excavadas en la roca, que se encuentran a sus pies. Se dice que un eremita, esto es, un ermitaño, mantenía la roca como vivienda siguiendo una tradición secular durante la Alta Edad Media. Cuenta uno de los paneles informativos presentes en sus cercanías:

El eremitismo es una práctica cristiana íntimamente relacionada con el retiro espiritual que tuvo su mayor apogeo en los primeros siglos de la Edad Media. Las mejores pruebas de aquellas costumbres hoy son los eremitorios rupestres, es decir, aquellos recintos excavados en la roca que por sus características han llegado a nosotros en mejor o peor estado, aunque también hubo eremitorios edificados que han desaparecido. El eremitismo abarca desde las pequeñas celdas individuales o los oratorios hasta las ermitas rupestres, aunque en ocasiones se llegan a formar verdaderos conjuntos monásticos con su iglesia, su cementerio, múltiples celdas y otros edificios necesarios para la subsistencia de la comunidad. Los eremitorios suelen estar vinculados a algún monasterio y localizarse en valles retirados, próximos a cursos de agua y tierras cultivables, y sobre roquedos que permitan la excavación y garanticen su perdurabilidad.

Bien, dicho queda, ahora únicamente resta imaginar al eremita viviendo en el siglo VIII, por ejemplo, dentro de esta cueva artificial, dedicado a la oración junto a las tumbas de sus antecesores. Naturalmente, mientras estuvo habitado el lugar, la roca posiblemente estuvo «vestida» con diversos apéndices, como un ábside de madera, puertas y similares.

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