De Hedy Lamarr al WIFI

En principio puede resultar extraño mezclar a una estrella del cine como Hedy Lamarr y los sistemas de comunicación WIFI, pero en realidad hay más relación de lo que pudiera pensarse.

Hedy era adorable, una de las bellezas más deslumbrantes de la época dorada de Hollywood. Nacida en Viena allá por el año 1913, siempre se interesó por la tecnología y comenzó a estudiar ingeniería a los dieciseis años. Pero el teatro y el cine también la apasionaban, así que poco después lo dejó todo para iniciar su carrera artística, yendo a trabajar a Berlin con el mítico Max Reinhardt.

Y así empezó todo, se hizo famosa al aparecer completamente desnuda en una película, algo poco usual en los años treinta, de hecho, ésta es la primera vez que algo así se pudo ver en una película comercial. Pero esta secuencia la llevó a la esclavitud, como ella misma dijo, porque, encaprichado de ella, el industrial alemán Fritz Mandl obligó a los padres de Hedy para que fuera dada en matrimonio, contra la voluntad de ella. Resulta que el tal Fritz, además de un déspota que intentó destruir todas las copias de la película tras casarse con Hedy, era un nazi convencido. La pobre Hedy fue obligada a olvidarse de su carrera y estuvo encerrada en un palacio, vigilada, para evitar que fuese vista por otros hombres, hasta ese punto llegaba la obsesión de Fritz por ella. Así que Hedy se puso a estudiar, porque sino el aburrimiento la hubiera matado, además de «vengarse» de su marido a través de una relación lésbica con su asistenta que la ayudó a escapar.

Tras huir saltando a París y luego a Londres, encuentra en Hollywood su lugar ideal, protegida por Louis B. Mayer, el de la Metro. A partir de ahí Lamarr comienza su aparición en multitud de películas. Inexplicablemente renunció a algunos papeles imponentes, como el que la ofrecieron para Casablanca. ¿Se imaginan a Ingrid Bergman con la cara de Hedy?

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, su odio por los nazis, y por su marido, creció hasta convencerla de que tenía que hacer algo contra ellos. Se puso a disposición del gobierno de los Estados Unidos, acompañada por su nuevo amor, el compositor George Antheil. ¿Y qué podían hacer estos dos románticos contra Hitler? Muy sencillo: inventar algo nunca antes visto.

Estados Unidos llevaba años intentando construir torpedos teledirigidos, pero siempre se mostraban vulnerables a interferencias enemigas. Hedy acompañada de George desarrolló un sistema para permitir guiar los misiles por radio de manera secreta. Por ello recibieron la patente US2292387, cuyo título es: Sistema de comunicación secreto por modulación de señales en espectro expandido. Se trataba de un complejo aparato mecánico operado por medio de tambores perforados que cambiaba la frecuencia de control entre más de 88 posibles combinaciones. Así, se construyeron los primeros torpedos teledirigidos fiables de la historia.

De todas formas, poco más sucedió. El gobierno estadounidense estaba contento con las pruebas, pero no lo aplicó en serie hasta los años sesenta, sobre todo porque fue necesario convertir todos los elementos mecánicos en electrónicos, lo que llevó varios años de investigación. Y así llegamos a la actualidad, donde la conmutación de frecuencias se ha implantado por todas partes y ha dado vida a eso que tanto queremos: los sistemas WIFI.

Por cierto, a muchos les recordará algo la foto que he colocado en este post. De esa foto se obtuvo el vectorizado tan popular que CorelDraw utilizó como reclamo publicitario en los años noventa. Sus diseñadores pensaron que era la mujer más bella de la historia del cine… aunque les costó mucho que Hedy les cediera los derechos. Hoy, esa imagen ya forma parte del ideario colectivo digital, aunque muchos no saben que pertenece a una estrella del cine que trabajó como Ingeniera de Telecomunicaciones.