El Mundo del Futuro

Siguiendo un poco con el tema de ayer, en Para que no se olviden, hay ya un ejemplar de aquella entrañable colección de Plesa/SM llamada El Mundo del Futuro. En concreto, se trata de Ciudades Futuras. Vida cotidiana en el siglo XXI. Hay que tener en cuenta que su contenido data de 1979, así que, partiendo de este dato, vamos a hacer un ejercicio de prospectiva «retrógrada». En las páginas finales del libro, se ofrece una especie de cronología ficticia del futuro «cercano», visto desde el punto de vista de la época. ¿En qué se falló? ¿En qué se acertó? Me ha sorprendido ver que, en realidad, se acertó bastante. Repasemos dicha cronología:

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Lo que suceda en las ciudades del futuro dependerá en gran parte de las medidas que se tomen hoy para cuidar la Tierra, nuestro mundo. Es preciso tomar medidas adecuadas para controlar la polución y conservar la energía existente hasta que se encuentren sustitutivos del petróleo y la agricultura se desarrolle lo suficiente como para alimentar a 6.000 millones de personas.

Típica introducción entre realista e ingenua, no se debe olvidar que se estaba en medio de la crisis del petróleo y que el futuro cercano era visto con cierto temor apocalíptico. En los noticieros de la época abundaban las referencias al holocausto nuclear, los refugios antiatómicos o las guerras por el agua y el petróleo que asolarían el planeta en las décadas por venir. Mad Max nacería poco después, digno hijo de una época. Hoy ya somos más de 6.000 millones de humanos los que habitamos la Tierra y, afortunadamente, las grandes tragedias «predichas» no han sucedido. Claro que, para no perder la tradición, otras han aparecido substituyendo a los viejos terrores.

1980-1990

Satélites en órbitas alrededor de la Tierra emiten programas educativos para los países subdesarrollados del Tecer Mundo.

Pleno acierto, sin duda, aunque seguro que no se imaginaron el grado de extensión de las redes de satélites y, sobre todo, la rapidísima eclosión de Internet.

Se perfeccionan las turbinas de aire -modernos molinos de viento- que suministran energía barata.

Referencia a la energía eólica, hoy en pleno desarrollo, un eco procedente de una época en la que la crisis del petróleo ponía los pelos de punta a todo el mundo. Lo de «energía barata» todavía está por verse, pero todo se andará.

Las computadoras domésticas llevan la casa. Las tareas electrónicas incluyen llevar las cuentas, comprar, sugerir menús, preparar comidas y llevar el diario de los habitantes de la casa.

Salvo por lo de «preparar comidas», pleno acierto. Lo del «diario» me recuerda al fenómeno de los blogs.

El periódico llega a los hogares impreso por una computadora o en forma electrónica en una pantalla de TV.

En otras palabras: Internet y el ordenador personal.

Los primeros robots domésticos se utilizan como «esclavos» para hacer tareas sencillas.

En la robótica personal andamos un poco retrasados, aunque aquí puede pensarse en una referencia a electrodomésticos avanzados, no sé muy bien a qué se refieren con «robots domésticos».

Unos terroristas roban armamento nuclear de una base militar. Amenazan con volar una ciudad, a menos que se satisfagan sus peticiones. La comprensión por parte de todos de los enormes riesgos de no contar con medidas de seguridad, promueven medidas para mantener el armamento nuclear bajo «siete llaves».

Se pone de manifiesto aquí el terror nuclear imperante en la época, fruto de la Guerra Fría. Lamentablemente, aunque las armas nucleares han pasado a un segundo plano, lo de los terroristas es completamente real y cotidiano.

Satélite detector de energía nuclear colocado en órbita para que vigile los suministros de material atómico del mundo.

Igual que el párrafo anterior, una reflexión típica de la época. Sin embargo, muy acertada, los satélites espía actuales son capaces de eso y mucho más.

Aislamiento adecuado y otras medidas encaminadas a ahorrar energía en todas las casas.

Eficiencia energética y hogares ecológicos, algo actualmente «de moda», fruto también de la crisis del petróleo.

Paneles solares de uso generalizado en las casas para calentar el agua. Se usan células eléctrico-solares para generar electricidad y para ciertos usos, como cargar baterías.

Pleno acierto, sin duda. La energía solar fotovoltaica, en pleno desarrollo hoy día, todavía tiene mucho que decir.

1991-2000

Se produce la primera gran colisión entre satélites en órbita. Comienza a formarse el anillo de chatarra de la Tierra. Para contener el desarrollo del anillo se lanzan satélites «aspiradoras» para eliminar residuos.

No tendremos «barrenderos» espaciales todavía, pero chatarra, mucha chatarra espacial, sí que hay.

Los robots domésticos mejoran. Ahora ven, se mueven y pueden tomar cosas. La computadora doméstica dirige el «servicio» compuesto de robots, y hacen las tareas que venía haciendo el ama de casa. La mayor parte de las mujeres trabajan y toman parte en actividades recreativas.

Acierto pleno en cuanto a la incorporación de la mujer al mundo laboral. Patinazo robótico, en cambio, en eso vamos algo lentos todavía.

La URSS lanza la «granja cósmica» que forma parte de una estación espacial. Las plantas, al producir oxígeno, mantienen el aire respirable; los alimentos se obtienen de variedades de crecimiento rápido de trigo, coles, zanahorias, pepinos, cebollas y otras verduras. Un sistema de «ecología cerrada» facilita información valiosa para mantener el equilibrio ecológico de la Tierra y datos para el diseño de las ciudades espaciales del futuro.

El Imperio Soviético, aunque casi nadie se lo imaginaba ya no existe, como tampoco existen las granjas espaciales. Salvo los tímidos experimentos realizados en la ISS o en los transbordadores, aparte del fallido Biosfera 2, la «carrera» espacial es otro de los puntos en que la previsión se adelantó un poco al futuro real.

Las radios de pulsera son de uso generalizado y se dispone de un servicio de 24 horas para llamadas de urgencia. Primeras entregas de correo electrónico. Las cartas escritas a mano se copian electrónicamente y se envían por satélite a su destino.

Cámbiese «radio de pulsera» por teléfono móvil y se tendrá un acierto pleno. Lo del «correo electrónico» es casi de chiste. Aquí el futuro se adelantó bastante.

Sistema de votación electrónica, se realiza por medio de las radios de pulsera y una computadora que cuenta los votos.

Probado una y mil veces, pero nada, lo del voto electrónico no parece tener mucho futuro, por lo menos por ahora.

Desarrollo de la TV en 3D, que utiliza técnicas láser-holográficas. El sistema ahorra energía, ya que las personas pueden verse sin necesidad de desplazarse.

Manía típica de la ciencia ficción, las «teles» en 3D. Claro que, un logro similar se ha conseguido, eliminando prácticamente de la faz de la Tierra a los viejos tubos de vacío, substituidos por pantallas planas.

Satélite de alarma contra ladrones en órbita. Ayuda a la prevención del crimen en grandes zonas y utiliza sensores de tierra para detectar intrusos.

Lo que es igual: GPS y aplicaciones de la geomática actual. En esto sí que el futuro se tragó cualquier previsión.

Escasez de suministro de agua en las ciudades de las regiones desarrolladas. Una solución es acarrear icebergs desde la Antártida.

He aquí otro de los grandes miedos de la época. Afortunadamente, la realidad ha caminado por sendas muy diferentes.

Lanzamiento de la ciudad marina. La primera es un aeropuerto flotante, que aleja de las ciudades el tráfico aéreo, el ruido y la polución. El «Aquaport» flota sobre varios módulos de forma piramidal que absorben el golpe de las olas y el aterrizaje de los aviones. Los módulos huecos se usan para oficinas, tiendas y talleres de mantenimiento.

Completo acierto, solo que no hay un «Aquaport», hay muchos, no sólo aeropuertos, ciudades enteras. No hay más que viajar a Japón o, ya puestos, darse una vuelta por Dubai.

Construcción de una ciudad submarina en aguas poco profundas del Mediterráneo, para ayudar en tareas de minería. Algunas personas van a ella escapando de las superpobladas ciudades terrestres.

Romántica idea, no realizada. Pero si cambiamos Mediterráneo por Mar del Norte y ciudad minera por megaplataforma de extracción de petróleo, tendremos lo mismo. Lo que no sé es si habrá alguien que vaya a tales lugares a «descansar».

Se experimenta con la turpentina1, el alcohol, el hidrógeno líquido y la electricidad para sustituir a la gasolina en el transporte de las ciudades.

¿A alguien le suenan las palabras bioetanol y biodiésel? 😉

El uso de copiadoras, basadas en prototipos de los años 70, está generalizado.

Copiadoras… y escáner, equipos multifuncionales, impresoras…

Los robots realizan muchos trabajos manuales en las fábricas y otros tipos de industria. Las regiones en crecimiento ofrecen a las personas otro tipo de trabajos: turismo, arte…

Ciertamente, nuestras factorías actuales están repletas de robots por todas partes, sobre todo en el sector de la automoción.

A partir de aquí, el texto sigue desde principios del siglo XXI hasta el 2099 y más allá pero, eso es terreno del verdadero futuro y habrá que recorrerlo para ver si también va bien encaminado.

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1 Turpentina: Hicrocarburo inflamable derivado de la madera, C10H16