Kircher, el visionario

Gráfico de KircherEn toda la historia de la ciencia y el conocimiento, sobresale un personaje extraño, un hombre excepcional e inclasificable, Athanasius Kircher. He de reconocer que siempre he sentido debilidad por los libros de este imaginativo jesuita. Su formación, mezcla de religiosidad radical, estudios clásicos y su pasión por la ciencia, o lo que en aquella época era considerado ciencia, crearon en el interior de su mente un rico mundo que supo transmitir a la imprenta.

En su siglo, el XVII, en pleno desarrollo de la mentalidad racional occidental y de la ciencia propiamente dicha, abandonando las épocas de supertición generalizada y de sumisión de lo humano a lo divino, antes de entrar en la época de la ilustración, Kircher supo reunir lo «mejor» de los dos mundos, de lo irracional y lo positivo, de la imaginación y la razón. Aquel sacerdote siempre con ideas raras en la cabeza nos ha legado decenas de gruesos libros ilustrados maravillosamente que nos muestran una mente prodigiosa. En realidad, no descubrió nada excepcional, ni inventó nada totalmente nuevo, aunque sus libros están plagados de extraños cacharros musicales, autómatas, precursores de cámaras fotográficas, relojes… Lo que verdaderamente considero prodigioso es su mezcla de ideas, de lo imaginario y lo real, era a la vez un científico experimental y un apasionado de las leyendas. Realmente, es toda una experiencia explorar sus libros, no hay nada parecido. Como buen conocedor de las lenguas antiguas, dedicó muchos años a intentar descifrar la escritura jeroglífica egipcia. No lo consiguió, pero a raíz de ese esfuerzo aparecieron algunos de sus libros, centrados en Egipto, una mezcla sin igual de mitos y «recortes» históricos.

Una colección muy recomendable de imaginería «kircheriana»: AK Project