Calculadora de tiro y mesa trazadora de 1926

Recientemente visité el Museo Histórico Militar de La Coruña, buscando dos curiosas piezas que descansan cerca de la entrada del recinto. Las imágenes que aparecen a continuación están realizadas con un móvil, así que no son muy buenas, pero pueden servir para hacerse una idea de cómo son estos artilugios. He aquí, antes de nada, el propio museo…

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No pude subir al también coruñés Monte de San Pedro, donde se conservan los restos de una batería de cañones Vickers de fabricación inglesa que data de los años veinte del siglo pasado. Estos monstruos bélicos destinados a la defensa costera tienen un calibre de 15 pulgadas (381 mm) y una longitud que sobrepasa los 17 metros. Los proyectiles que disparaba podían superar los 800 kg. de peso. Con estos cañones se cubría la defensa de las rías y costas de Ferrol y La Coruña. La batería se disparó por última vez en 1977. Esta fotografía (Fuente, vorjales, CC BY 2.0) nos dará una idea del tamaño del artilugio.

vickers_1926

El control de tiro de este gigante se llevaba a cabo con un asombroso calculador electromecánico que se conserva en el mencionado museo. La mesa calculadora para los cañones costeros Vickers de 1926 constituía el elemento de dirección de tiro que efectuaba con rapidez todo tipo de operaciones destinadas a alcanzar objetivos móviles en el mar. La cosa tiene su miga, porque a través de una intrincada serie de diales, la máquina era capaz de hacer predicciones acerca de trayectorias de disparo con una certeza pasmosa. Pura y «simple» mecánica, sí, pero de gran complejidad. Este cerebro electromecánico contiene sistemas de suma, multiplicación, derivadores reversibles, servomotores y motores de corriente continua paso a paso de 24 voltios, síncronos, diales con índices móviles… El dial principal de alcance y dirección recibía de los telémetros los datos de distancia y dirección del objetivo, los promediaba y daba como salida de los cálculos una predicción ¡en modo gráfico! Vale, no había pantallas multicolores, pero el sistema de salida de datos tiene su encanto. Antes de presentarlo, he aquí la mesa calculadora.

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Ahora llega lo mejor. Tras haber realizado los cálculos, y antes de enviar órdenes a los actuadores en las baterías, se plasmaba el cálculo de tiro en esta preciosa mesa trazadora que, salvando las distancias, puede recordarnos a un plotter con toque steampunk. El sistema de salida gráfica estaba controlado automáticamente por la calculadora electromecánica, que tras recibir los datos de distancias y direcciones actuales, plasmaba un dibujo de la ruta del objetivo y en tiempo «real» determinaba el rumbo y velocidad, obteniéndose la variación de alcances, esto es, el número de metros que cambia en un minuto la distancia de un buque. Como puede verse en la última de las fotografías, un brazo radial articulado genera la representación sobre un mapa de la ría gracias a una línea de blanco con marcas de distancia y dirección con trazo de lápiz.

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