Howard Hughes y sus locuras volantes

Hace poco, tras ver El Aviador volví a revisar viejas revistas de máquinas voladoras para reencontrarme con las locuras de Howard Hughes

Al margen de la calidad de la película, de si DiCaprio da la talla o no y todas esas cosas de cinéfilos, lo cierto es que la figura de Howard Hughes continúa levantando pasiones. Se mantienen leyendas a su alrededor, se escriben sesudos artículos acerca de los padecimientos que sufrio por culpa de un trastorno de obsesión-compulsión y se hacen documentales sobre su duelo con la extinta PanAm pero, lo que aquí importa, son sus aviones.

Verdaderas maravillas volantes, no muy útiles claro, pero a quién le importa. Son joyas de la tecnología obsoleta. Hagamos un breve repaso de la colección Hugues:

aviones

1.- El H1 Racer, de 1935, diseñado y contruido para romper marcas de velocidad, una belleza deslumbrante.

2.- XF11 de 1946. Con esta máquina sufrió Hughes un accidente de espanto, pero no por ello deja de ser una joya del aire. Un avión espía que nunca espió nada pues no se construyó en serie.

3.- El H4 Hércules, de 1947, un sueño totalmente inútil, pero que logró volar (eso sí, unos escasos metros) a pesar de que mayoritariamente se pensó que jamás se levantaría del agua.

En fin, los sueños de un hombre que lo tuvo todo y que se perdió en medio de un mar de enfermedad, obsesión y malos consejos.