La torre Eiffel de Londres

A mucha gente no le hacía ni pizca de gracia tener aquello que consideraban como un feo monstruo de metal que superaba los 300 metros de altura haciendo sombra a orillas del Sena y, sin embargo, la torre Eiffel, pensada para la Exposición Universal de París del año 1889, se ha convertido en la referencia más conocida en todo el mundo cuando se quiere mencionar algo típico de la capital francesa.

Desde Londres miraban a la torre con otros ojos. Apenas se hubo elevado hacia los cielos, muchos visionarios ya pudieron darse cuenta de que no sólo estaba naciendo una gran torre de metal, sino que en poco tiempo se iba a convertir en un símbolo único. ¿Por qué no hacer algo similar en Londres? Dicho y hecho… bueno, dicho, porque aunque a punto estuvieron de hacerlo, nunca se llevó a cabo tal obra de imitación. Si acaso, en 1894 se levantó una torre de 158 metros en Blackpool, Lancashire. Esa torre, que sigue en pie, imita en bastantes detalles a la que ideó Eiffel y, aunque atrae bastantes visitantes al año, no puede decirse que sea precisamente mundialmente célebre.

En la capital británica a punto estuvieron de tener su propia torre al estilo Eiffel. En 1889 el gerente del ferrocarril metropolitano de Londres, Sir Edward Watkin, adquirió el parque de Wembley con la idea de montar un parque de atracciones sin igual. Como centro de todo el complejo que tenía en mente, pensó levantar una torre que rivalizara con la de París. Así que, sin pensarlo mucho, creó la The Tower Company Ltd., una empresa cuya primera actividad consistió en lanzar un concurso internacional de diseño de torres de metal. Se puede consultar online el catálogo del concurso, con todos los modelos. Es el mismo que aparece insertado en la porción inferior de este artículo. El proyecto ganador del concurso fue el que aparece en la lámina presentada más abajo, obra de Stewart, Maclaren y Dunn. Como puede verse, la originalidad brilla por su ausencia, casi todos los modelos presentados eran simples variaciones sobre la genial torre francesa. La única diferencia, si acaso, era que el modelo elegido sería mucho más alto que la torre Eiffel. Finalmente, nunca llegó a construirse. La obra comenzó sin mucho ánimo porque no había ayudas públicas y era Watkin y sus socios quienes financiaban todo el engendro. La solicitud de dinero por suscripción pública no funcionó nada bien y, para colmo, la primera fase de construcción dio como resultado una estructura tan pesada que los terrenos sobre los que se asentaba empezaron a deslizarse. La obra se detuvo y, a principios del siglo XX, se eliminó todo rastro de la torre para dar paso al más famoso estadio de fútbol de Londres.

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Descriptive illustrated catalogue of the sixty-eight competitive designs
for the great tower for London
(1890).

| Vía Dark Roasted Blend |