Lord Kelvin, héroe de la Segunda Guerra Mundial

¿No habrá algo mal en el título de este post? Mmmmm, teniendo en cuenta que el genial William Thomson, primer barón Kelvin, falleció en 1907, no parece que tenga mucho sentido pensar que tuviera algo que ver con la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, una de sus creaciones facilitó las operaciones de los Aliados a la hora de planificar el desembarco en Normandía durante el célebre Día D, el 6 de junio de 1944.

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Calculadora de mareas estadounidense de 1912. Fuente: NOAA.

Una tecnología aparentemente simple, pero en realidad intrincada y fascinante, permitió desde finales del siglo XIX realizar predicciones muy exactas sobre las mareas, algo de vital importancia cuando se pretende hacer desembarcar un ejército inmenso en playas hostiles. Y ahí es donde entra en juego Lord Kelvin, cuyas calculadoras mecánicas de mareas facilitaron el cambio de curso en la guerra. Los cálculos sobre mareas pueden ser llevados a cabo por matemáticos, pero dada su complejidad no venía nada mal contar con una calculadora que fuera capaz de realizar esos mismos cálculos pero de manera mucho más rápida y eficaz. Las calculadoras analógicas de mareas llegaron a contar con un grado de refinamiento asombroso, siendo capaces de alcanzar detallados resultados que hubieran estado muy lejos del alcance de cualquier operador humano. A lo largo de la planificación del desembarco, tanto para las operaciones de bombardeo como para la coordinación de los diversos grupos de lanchas y hasta para los paracaidistas, era necesario conocer con gran nivel de detalle la evolución de las mareas, tarea que sólo podía resolver una calculadora mecánica del tipo de las que Kelvin había ideado mucho antes.

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Calculadora de mareas del Observatorio Nacional de Río de Janeiro. Fuente: NOAA.

Las calculadoras de mareas prestaron valiosos servicios desde su creación hasta la llegada de ingenios electrónicos en el siglo XX. Los modelos más perfeccionados eran capaces de jugar con mareas irregulares y estaban sometidas a errores minúsculos, dando forma a tablas de predicción muy precisas. Kelvin comenzó a diseñar la calculadora de mareas original hacia 1872, pero no fue hasta 1881 cuando pudo perfeccionar su tecnología para que fuera realmente útil. Desde entonces, este tipo de calculadoras mecánicas no dejó de ser mejorado, llegando a convertirse en piezas indispensables para ejércitos y flotas hasta época tan reciente como los años setenta del pasado siglo.

Más información:
Boing Boing – How tide predicting, analog computers won World War II
Physics Today – The tide predictions for D-Day

Vía: Make – Analog Tide Computers and the D-Day Invasion