Paquito el chocolatero

¿Hay alguien que nunca haya escuchado Paquito el chocolatero? La pregunta me viene a la mente tras ver un televisivo anuncio de una conocida marca de cerveza que utiliza el famoso pasodoble como motivo principal.

Los pasodobles y la música de banda, en general, me traen buenos recuerdos. Aunque personalmente no suelo escuchar música popular, composiciones como Paquito me llevan a la época en que mi padre, en sus años mozos, tocaba en la Banda Municipal de Guardo, llegando a ser un sobresaliente instrumentista, tocando el trombón de varas o el bombardino.

Pero, ¿quién era el tal Paquito? La historia tiene su miga. Corría el año 1937, cuando Gustavo Pascual Falcó compuso esta inmortal obra en el alicantino pueblo de Cocentaina, para una fiesta de «moros y cristianos». El tal Gustavo, que andaba un tanto pachucho, pasaba con su familia algunas temporadas de vacaciones y reposo en la Sierra de Mariola, dedicando parte de su tiempo a componer música para banda. Un día, enseñó a su cuñado unos esbozos, en los que estaba trabajando, a su cuñado, invitándole a escoger la obra que más le gustara para dedicársela. Tras leer los pentagramas, el cuñado decidió que la música más interesante era un pasodoble en el que Gustavo estaba trabajando. Dicho y hecho, el compositor terminó la obra y la tituló Paquito el chocolatero. Naturalmente, Paquito, era su cuñado y lo de chocolatero venía a cuento de la profesión del personaje, Franciso Pérez Molina, dedicado a fabricar chocolate, siguiendo la tradición familiar de su mujer durante varias generaciones.