Ciudades en los cielos

AsteromoDurante gran parte del siglo XX muchos visionarios soñaron con ciudades en las nubes, o mejor, grandes urbes en lejanos planetas, lunas, en órbita terrestra o en el interior de asteroides. Era la época en que, por supuesto, se soñaba con un siglo XXI plagado de maravillas técnicas. En plena carrera espacial, se daba por supuesto que, ya a comienzos de este nuevo milenio, iríamos por ahí en coches voladores, habitaríamos rascacielos capaces de tocar, de verdad, los cielos y millones de personas vivirían en estaciones espaciales repartidas por medio Sistema Solar.

La tozuda realidad en nada ha complacido a aquellos soñadores. Allá, cuando el Sputnik enviaba a la Tierra sus primeros bip-bip y el sueño de viajar a la Luna se veía cada vez más cercano, surgieron decenas de proyectos, hoy totalmente aparcados y casi olvidados, pensados para hacer realidad esa idea, la vida cómoda en el espacio. Se diseñaron monstruosidades increíbles, verdaderos mundos artificiales, muchas de aquellas fantasías iban acompañadas de sesudos cálculos acerca del consumo de energía, oxígeno, materiales de construcción… todo ello pensado para vivir fuera de nuestro mundo. Vale, pues nada de eso porque, una vez más, el mundo real nos da la bofetada y es que, por desgracia, ni siquiera hemos tenido narices de terminar la ISS… algo que, en verdad, poco importa, porque no parece valer para mucho y es un sumidero de dinero casi sin fondo que se lleva gran parte de lo que estaba destinado a misiones robóticas de exploración mucho más interesantes.

El caso es que, aunque no tengamos mundos isla ni naves generacionales, todavía nos queda imaginación, así que, viajemos un poco a un alternativo año 2006, en el que la macroingeniería nos ha dado maravillas como el Asteromo. ¿Y qué se esconde tras un nombre tan extraño? Nada más y nada menos que un gigantesco asteriode vaciado artificialmente. Diseñado en los años sesenta por el arquitecto Paolo Soleri, este asteroide sería capaz de albergar una población de 70.ooo personas. Se trata de un doble cilindro gigantesco presurizado, en un principio totalmente pensado como algo artificial, algunos autores fueron más allá y lo trasladaron a un asteroide vaciado, parecía algo más práctico, pues el propio cuerpo celeste podría proporcionar los materiales con que construir tan monumental ciudad en el cielo.

El conjunto, en rotación, podría generar en su superfície interior una fuerza gravitatoria, que sería una fracción de la presente en la Tierra, lo que permitiría eliminar los inconvenientes de la ingravidez, pero además constituiría un ambiente mucho más cómodo para vivir que el terrestre, sobre todo, por ejemplo, para personas afectadas por dolencias cardíacas, que no tendrían que luchar, con sus cansados corazones, contra la tiranía de la gravedad a 1G.

Escuelas, grandes áreas comerciales y residenciales, industrias, equipamientos sociales de todo tipo… vamos, un lujo en el espacio. A partir de la idea original se diseñaron múltiples tipos de asteromos, con kilómetros de diámetro y capacidades increíbles. ¿Verá alguna vez nuestro futuro algo así? Será cuestión de esperar…

Más info: Pruned Asteromo | Developing Sound Habitats | Arcosanti