La Venecia del Pacífico

Este lugar es sorprendente, está en mi lista de espacios pendientes de visitar… y seguro que seguirá en la lista durante mucho tiempo, por no decir para siempre porque, sencillamente, se encuentra en el quinto pino. No creo exagerar porque, como se puede ver en el siguiente mapa, se trata de un lugar rodeado por la más absoluta nada en medio del Pacífico.


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¿Qué tiene de especial este rincón de Micronesia? Nan Madol, conocida también como la Venecia del Pacífico, también, La ciudad perdida, es todo un misterio, de esos que te dejan con la boca abierta. Y no, nada de recurrir a extraterrestres y fuerzas mágicas, como hicieron tantos fantasiosos escritores en otros tiempo. Nada de eso, el lugar es de factura humana y habrá que quitarse el sombrero ante quienes lo construyeron, aunque sobre eso no se tiene mucha idea, la verdad. Nan madol era una ciudad, o centro ceremonial porque tampoco está muy clara su función original, localizada en la isla de Pohnpei. Lo más llamativo del lugar está en su modo de construcción. Teniendo a mano toda una isla, los habitantes del lugar prefirieron diseñar toda una red de islotes artificiales en la costa de Pohnpei, separados entre sí por canales, de ahí la referencia a Venecia y su propio nombre, que viene a significar algo así como «entre canales». Naturalmente, en todo el Pacífico hay muchas Venecias, pero ninguna de estas construcciones con canales es tan original como Nan Madol.

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Fotografía de Andrew Demma. (CC)

De acuerdo, tenemos una isla remota, una civilización antiquísima que construyó su capital en forma de islotes artificiales y, para colmo, una enigmática desaparición de todo rastro de sus constructores hacia el año 1500. Sobre los islotes se elevan estructuras megalíticas realmente impresionantes que, se supone, empezaron a construirse a principios de nuestra era. La mayor parte de la población vivía en el interior de Pohnpei, siendo Nan Madol algo así como un centro administrativo o ritual, en el que habitaba una élite que rondaría el millar de almas. Los estudios arqueológicos han delimitado áreas funerarias, otras dedicadas a tareas rituales o para almacenar diversos productos. Ahora bien, ¿para qué tanto esfuerzo? ¿Por qué construir islas y edificios con paredes de piedra de hasta ocho metros de altura? El esfuerzo debió ser impresionante, sobre todo porque alrededor de Nan Madol no hay alimentos ni agua dulce, todo debía ser transportado desde el interior de Pohnpei. No parece algo muy útil, por mucho que se tratara de una especie de retiro de la éllite gobernante. Es más, en el abandono de la ciudad parece que tuvo mucho un conflicto entre dos clanes rivales y los problemas de suministro, aunque sobre esto no hay nada que esté realmente claro.

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Fotografía de Otomar Dvořák. (CC)

En total, son cerca de cien pequeñas islas construidas sobre el fondo marino con coral y piedra, sobre los que se levantan todo tipo de construcciones complejas, atacadas constantemente por la vegetación. Los detalles sobre la construcción de la ciudad son todavía escasos, no se tiene idea de dónde llevaron los materiales, salvo por algunas suposiciones, pero poco más. Ahí quedó, como un misterioso lugar que los lugareños creen lleno de espíritus, una maravilla de piedra de la que nada se sabe: ni su verdadera utilidad, ni cómo se construyó. Lo único cierto es que, independientemente del motivo, el trabajo que llevó construir esta maravilla olvidada tuvo que ser monumental, como la propia ciudad.


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