Operación Sailor Hat

¿Qué daños puede provocar la onda expansiva generada por una gran explosión convencional sobre un navío de guerra? ¿Destruirá una gran detonación costera un submarino? ¿Cómo habrá que rediseñar las naves para afrontar estos retos? Muchas preguntas sin respuesta y, a falta de poder contar con simulaciones por ordenador, la mejor manera de responder a cada cuestión era… ¡un gran Boom!

Mediado el siglo XX la US Navy determinó que, para estudiar los efectos de grandes explosiones sobre sus navíos, era necesario pasar a la acción. De esta forma, se llevaron a cabo diversas pruebas, una de las cuales es la protagonista de este post. En 1964 se eligió la isla de Kahoolawe, la más pequeña de las ocho islas mayores de Hawai, como el blanco ideal para llevar a cabo lo que se dio en llamar Operación Sailor Hat. Lo que era un pedazo de tierra tranquilo y solitario en medio del Océano Pacífico, pasó a convertirse en un hormiguero de técnicos y militares. La isla se llenó de sensores de todo tipo: barcos repletos de cámaras para grabar en su interior los efectos sobre los materiales de una gran explosión, sistemas para controlar emisiones de radio, aparatos de monitorización atmosférica, micrófonos y sismógrafos.

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Certificado otorgado al marinero William Wood, por haber participado en la Operación Sailor Hat.

Bien, todo listo, ya tenemos una isla, viejos navíos militares como víctimas y un montón de ojos y oídos electrónicos para controlar las explosiones. ¿Qué nos falta? Pues nada más y nada menos que 500 toneladas de explosivos para cada test, una de las mayores bombas de la historia. Las diversas pruebas realizadas sirvieron para recopilar una cantidad ingente de datos, muchos de ellos formaron parte de simulaciones sobre efectos de explosiones nucleares y, cómo no, también fueron útiles para dejar huella en la isla en forma de imponentes cráteres. Por supuesto, una cosa es contarlo y otra estar allí. Como no podemos retroceder en el tiempo para contemplar los bombazos, nos tendremos que conformar con algunas fotografías de la US Navy, además de con el vídeo que cierra este artículo.

El recorrido fotográfico lo abre el USS Atlanta, fotografiado el 10 de enero de 1965. Este barco sirvió de blanco principal en los experimentos explosivos de la Operación Sailor Hat, junto con el USS England. La primera prueba, llamada `Bravo´, tuvo lugar el 6 de febrero de ese año. La segunda, `Charlie´, se llevó a cabo el 16 de abril, mientras que `Delta´, cerró todo el experimento el 19 de junio.

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En esta cúpula, de inocente aspecto, se almacenaron cuidadosamente las 500 toneladas de explosivos convencionales de una de las pruebas, todo ello listo para saltar por los aires con el USS Atlanta esperando recibir la sacudida expansiva al fondo de la imagen.

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Las tres imágenes que siguen corresponden a fotogramas capturados por cámaras de alta velocidad durante las explosiones.

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Depués de ver las fotografías no creo que a nadie le extrañe que la huella dejada sobre el terreno sea como la que a continuación aparece.

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Y, para finalizar, un vídeo en el que se puede ver el efecto de las explosiones sobre los navíos, con tomas realizadas por medio de cámaras automáticas.