Curtiss-Wright 2500 ¡El hover-coche!

Los vehículos aerodeslizadores, que se desplazan sobre un «colchón de aire», o hovercraft, han logrado encontrar diversas aplicaciones sobre todo militares y deportivas pero, por suerte o por desgracia, nunca se ha comercializado un modelo para circular por carretera. Ahora bien, se ha intentado en varias ocasiones. De todas ellas, creo que nunca se estuvo más cerca de lograrlo que con el Curtiss-Wright 2500 o, al menos, por su estampa fue lo más parecido a un hover-coche.

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Curtiss-Wright 2500. Fuente.

No es que fuera muy práctico, pero su apariencia era de lo más futurista. Se estudió incluso su empleo para transporte militar, como si fuera un Jeep capaz de flotar también sobre el agua, pero la aventura no llegó muy lejos.

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Modelo militar del hover-coche en el US Army Transportation museum, Fort Eustis. Fuente.

La Curtiss-Wright Corporation era a mediados del siglo XX uno de los principales fabricantes de material aeronáutico del mundo. Con el tiempo fue diversificando su negocio hacia la fabricación de todo tipo de maquinaria. En 1959, justo en la época en que la compañía estaba experimentando con el motor rotativo Wankel, tras haber adquirido su licencia de uso a NSU, apareció el hover-coche. Fue un tiempo en que la empresa estaba buscando abrir nuevos caminos, mirando hacia el futuro. Pensaron que en unos años las carreteras se iban a llenar de aerodeslizadores y construyeron varios prototipos.

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Otra vista del Curtiss-Wright 2500. Fuente.

El modelo 2500 fue planteado muy en serio. Un potente motor daba vida a dos grandes ventiladores, uno anterior y otro posterior, capaces de crear un colchón de aire para este coche de dos pasajeros que estaba pensado para «flotar» sobre las carreteras, terrenos poco practicables y, cómo no, sobre el agua. Finalmente la compañía decidió que no era adecuado pasar a producción y, como tantas otras líneas exploradas en ese tiempo, acabó convertido en una vía muerta.

Los siguientes vídeos muestran al Curtiss-Wright 2500 en acción sobre tierra y agua. ¡Es digno de ver!